No, no fue un pintor de pincel y atril. Pero siguiendo la frase de Apollinaire, 'Et moi aussi je suis peintre ' (Y yo también soy pintor), la obra del escritor chileno se entrevera con las artes visuales. Una inquietud alimentada por su amistad con Picasso, Gris, Miró y otros grandes creadores de las vanguardias.
'No he de ser tu esclavo, madre Natura/ seré tu amo (...) Yo tendré mis árboles que no serán como los tuyos/ tendré mis montañas, tendré mis ríos y mis mares/ tendré mi cielo y mis estrellas'. En su emblemático manifiesto 'Non Serviam' (1914), un Vicente Huidobro de 21 años desafía a la naturaleza, en busca de un camino autónomo y desligado de referentes. Travesía en que las imágenes y las artes visuales jugarán un rol clave, enriqueciendo su voz lírica.
Esa mirada al arte desde su poesía y su escritura es precisamente el foco central de la nueva publicación 'Arte poética'. Homenaje a Vicente Huidobro a través del arte', que acaba de salir a la venta. Es un singular acercamiento a este escritor precoz, rebelde, provocador, culto, rabioso, regalón —'yo te formé para rey', le dice su madre—, vanguardista y conflictivo, que ha costado tanto dimensionar en el mundo de las letras y la cultura chilena, tarea que aún parece ser un work in progress.
Con un original diseño, el libro cuenta con textos de la periodista Marilú Ortiz de Rozas, doctora en letras de la Universidad de la Sorbonne y autora de 'Pequeño dios' (Alfaguara, 2023), novela basada en su extensa investigación sobre el poeta. Ahora, en 'Arte poética', la autora desarrolla un completo ensayo sobre la relación de Huidobro con las artes visuales (muy interesante la reflexión sobre el entorno estético de la infancia del poeta, acompañado de espléndidas fotografías). Ortiz de Rozas también escribe en el libro unos apuntes biográficos, una antología poética —no falta el 'Sursum corda' tras la muerte de su madre y su 'Monumento al mar'— y un capítulo sobre los 'Poemas pintados', que reflejan el interés del escritor en los cruces artísticos. La obra concluye con la mirada de creadores chilenos sobre Huidobro, cuyos poemas inspiran distintas creaciones.
'Es un libro que nos introduce en la capacidad del poeta para apreciar el arte y nos muestra la obra de diez artistas que se sumergieron en el mundo poético de Huidobro, plasmándolo a partir de sus particulares perspectivas. Todo esto cuando se cumplen 130 años del nacimiento de Huidobro y 75 de su muerte', explica Juan Luis Correa, gerente general de LarrainVial, institución que respaldó el proyecto editorial, que se complementa con una exposición en la galería Patricia Ready.
Queridos enemigos
'Crear, crear y crear'. Así sintetiza Marilú Ortiz de Rozas la consigna que guía la búsqueda de Huidobro. 'Huidobro proclama que los poetas y los artistas deben dejar de imitar, contemplar o describir pasivamente la naturaleza, para dar vida a sus propias obras. ‘Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra' fue su llamado'.
Nacido en cuna de oro en una familia tradicional y aristocrática, Vicente Huidobro (1893-1948) ya a los 12 años escribe poemas y en su libro 'Canciones en la noche' publica sus primeros 'caligramas' (poemas en que los versos configuran figuras reconocibles, geométricas o más complejas). 'Ese libro tenía que haber salido antes, pero ‘por cuestiones de la impresión' se atrasó y aparece en 1913. Es decir, se publica cuando el poeta tiene 20 años. En Francia, simultáneamente, Guillaume Apollinaire estaba creando sus primeros caligramas', señala Ortiz de Rozas.
El efervescente París de 1916, con una Europa en guerra y vanguardias que revolucionan los lenguajes estéticos, va a ser el caldo de cultivo ideal para las inquietudes de Huidobro, quien pese a su juventud ya había escrito varios poemarios cuando llega a Francia. 'En París estaban todas las grandes mentes que gestaron las vanguardias y se potenciaban unos a otros. Pero Huidobro esas inquietudes las traía desde la adolescencia', explica la autora de 'Arte poética'.
En la capital francesa colabora en la revista Nord-Sud dirigida por Pierre Reverdy. Allí se relaciona con escritores y artistas como Apollinaire, Tristan Tzara, Paul Dermée, Jean Cocteau, André Breton, Louis Aragon, Max Jacob. Una disputa con el director aleja a Huidobro de la revista, pero no elimina su contacto y amistad con figuras como Pablo Picasso, Juan Gris, Jacques Lipchitz, Francis Picabia, Joan Miró, Max Ernst, Paul Eluard y Blaise Cendrars. Gran melómano, también vincula a músicos como Satie y Edgar Varèse.
En esta galaxia de estrellas potentes, Picasso es para Huidobro la estrella tutelar. 'Una gran estudiosa española, Belén Castro, afirma que uno de los más importantes objetivos del poeta chileno cuando se va a París es conocer a Pablo Picasso y el cubismo. Según Castro, Huidobro fue un testigo privilegiado de dos momentos cumbre del arte contemporáneo. En 1916, recién llegado a París, pudo ver ‘Les demoiselles d'Avignon', que su autor había mantenido oculto desde 1907, que se exponía a público por primera vez en la Galerie d'Anti. Y en 1937 Huidobro estuvo en la presentación al público del Guernica'.
En su residencia parisina, Huidobro acoge a la flor de la vanguardia y se interesa por el cine, el teatro, la música y las artes visuales. Lo que no impide que se involucre en disputas y conflictos artísticos, una constante en su vida. Su amigo Juan Gris, por ejemplo, se enoja con él y no quiso volver a verlo ni en su lecho de muerte.
Escándalo en el teatro
En 1922, en el foyer del Teatro Edouard VII, Huidobro monta la exposición 'Salle XIV'. Expone allí poemas pintados en lienzos de papel. 'Su idea es devolver al lector/espectador a la prehistoria de la escritura, a la era en que arte y letra eran una sola obra. Y eso fue muy novedoso', reflexiona Ortiz de Rozas. La estudiosa Rosa Sarabia sostiene que, con esta iniciativa, el poeta quiere sumarse a Apollinaire, quien proclama 'Et moi aussi je suis peintre' (Y yo también soy pintor)'.
La muestra se cierra tan solo tres días después, al parecer por protestas del público. 'No se entendió la propuesta de Huidobro. Muy posiblemente eran pruebas , con las que más adelante haría grabados o serigrafías. Los papeles donde se pintaron esos versos eran de calidades diferentes, muy simples. Lo que contaba era el concepto que había tras ello y eso sería entendido mucho más tarde'.
Marilú Ortiz de Rozas precisa que Huidobro creó los poemas y los diseñó, pero no ejecutó manualmente las obras — ¿tal vez fue un precursor de Andy Warhol?— y no se sabe a ciencia cierta quién los hizo. Hay algunos 'Poemas pintados' expuestos en 1922 que se conservan hasta hoy, otros se perdieron y algunos fueron recreados o reconstituidos en épocas posteriores, inspirados en los originales o en fotografías antiguas. Se sabe que 'Moulin' y 'Paysage', por ejemplo, fueron coloreados años después por la artista Sara Malvar, amiga de Huidobro .
El silencio
Desde París, Huidobro viaja constantemente a Madrid, donde juega un rol clave en la fundación del creacionismo y en el impulso a nuevos lenguajes poéticos (sin esquivar intercambios polémicos con otros escritores, como la autoría del creacionismo). Su carrera, a caballo entre Chile y Europa, vive décadas fructíferas, con obras tan potentes como 'Mío Cid Campeador', 'Altazor' y 'Cagliostro'. Pero en 1946 y con mala salud, el poeta retorna definitivamente a Chile y se instala en Cartagena. Allí muere el 2 de enero de 1948, días antes de cumplir 55 años.
Mucho se ha discutido si el legado artístico y poético de Huidobro ha sido bien aquilatado en Chile. A juicio de Marilú Ortiz de Rozas, 'en España Huidobro es muy valorado. Es considerado como el poeta que llevó las vanguardias a las letras españolas y hay numerosos textos de escritores y artistas que le reconocen su aporte. En Chile, no creo que lo suficiente. En Francia, tampoco, pero allá había muchas otras figuras relevantes. Por eso es en Chile donde duele un poco ese silencio, que poco a poco está empezando a dejarse atrás, gracias a la labor de la Fundación Huidobro y a distintas iniciativas, como este libro'.
—Huidobro fue un adelantado y un potente creador, pero tuvo una vida compleja, marcada por disputas con otros escritores. ¿Es un factor que influye en la falta de reconocimiento?
'No contribuyó, pero no creo que sea eso lo que le ha impedido ser reconocido; es tal vez solo desconocimiento, incomprensión. Escribe Huidobro en ‘El ciudadano del olvido', el último libro que publicó en vida: ‘Comprendido habría sido muy otro. Pero no pudo ser, acaso no debió ser, mas, era cosa de tiempo, era su inapelable destino (…) El mañana es mío. Será mío otra vez como el destino inapelable de la luz'. Creo que en el fondo él sabía que no sería olvidado. Hoy es un poeta sumamente vigente y su obra es muy apreciada entre los jóvenes. Era cuestión de tiempo'.