Un reconocimiento a los habitantes de Tierra del Fuego
El ensayo fotográfico, realizado por el historiador Rafael Sagredo y el fotógrafo Max Donoso, con el apoyo de LarrainVial y la Corporación Patrimonial Cultural de Chile, retrata a los descendientes de los pueblos ancestrales, inmigrantes y muchos otros que han poblado una de las islas más australes del mundo.
“El libro requería que estuvieran representados los distintos mundos de Tierra del Fuego; los descendientes de los pueblos originarios, los ovejeros y sus animales, los croatas y chilotes, los jinetes y sus trajes, los actuales inmigrantes, los estanques del petróleo, los buscadores de oro, los pescadores, los escenarios urbanos, los niños en sus tenidas de fiestas y también su geografía, la nieve, sus montañas, sus ríos y sus bosques”, explica el fotógrafo Max Donoso, sobre el proceso de creación del libro “Retratos y Paisajes del Fin del Mundo”.
Este ensayo fotográfico fue realizado por el historiador Rafael Sagredo, Premio Nacional de Historia 2022 y el fotógrafo nacional Max Donoso, con el apoyo de LarrainVial y la Corporación Patrimonial Cultural de Chile. El relato muestra a los distintos habitantes y sus orígenes, principalmente los descendientes de los pueblos ancestrales que habitan actualmente Tierra del Fuego, destacando el valor de esta región y su gente, constituyendo un homenaje y reconocimiento a quienes habitaron por siglos el territorio más austral del mundo.
“Tiendo a pensar que mientras más adversidad, la gente es más amable y acogedora”, explica Max Donoso, sobre las personas que fotografió y que detalla en estas respuestas, sobre el proceso creativo del libro.
¿Cómo logró capturar la cultura y tradición de Magallanes en sus fotos?
Magallanes es una región que abarca varias provincias, el libro trata en realidad sólo de una de ellas, que es la isla grande de Tierra del Fuego. La cultura y tradición de Tierra del Fuego está asociada a sus pueblos originarios, a su lugar de fin de mundo, a las migraciones que han llegado a poblarla, en especial la croata y la chilota y también a sus actividades productivas. Entre ellas, la ganadería de ovejas y sus estancias, el petróleo en los años sesenta, la extracción de madera de lenga, la pequeña minería del oro, la salmonicultura, la producción de gas y hoy también el turismo.
Teniendo como referentes de Tierra del Fuego, la literatura de Francisco Coloane, con sus historias de gente que lucha siempre contra la adversidad, y la fotografía del sacerdote salesiano Martin Gusinde, que rescató de la extinción al pueblo Selknam a través de sus fotografías, este libro quiso dar cuenta de este territorio y sus habitantes en la actualidad.
Durante tres viajes de tres semanas cada uno en pleno invierno del año pasado, realicé un trabajo de generar una red de contactos para lograr fotografiar personas. Hacer retratos era lo difícil de este proyecto, y requiere establecer algún tipo de vínculo con las personas retratadas, sino se ven distantes e incómodas. Esto significó permanecer en los dos pueblos que tiene la isla, Porvenir y Cerro Sombrero, durante algunas semanas.
Hacer fotografía de paisajes es de algún modo más fácil, hay que estar en la hora adecuada para la buena luz, eso ocurre al amanecer y al atardecer.
El libro requería que estuvieran representados los distintos mundos de Tierra del Fuego; los descendientes de los pueblos originarios, los ovejeros y sus animales, los croatas y chilotes, los jinetes y sus trajes, los actuales inmigrantes, los estanques del petróleo, los buscadores de oro, los pescadores, los escenarios urbanos, los niños en sus tenidas de fiestas y también su geografía, la nieve, sus montañas, sus ríos y sus bosques.
¿Cómo esperas que su trabajo impacte en la percepción y comprensión de estas culturas por parte del público en general?
Tierra de Fuego pertenece a una región, donde sus habitantes consideran que ha habido un abandono de parte del Estado desde hace muchas décadas.
La parte argentina de la Isla Grande tiene ciudades con buena infraestructura, grandes hoteles, un turismo de primer nivel, un comercio sofisticado, carreteras pavimentadas, etc.
En la parte chilena de la Isla Grande sólo hay dos pueblos que subsisten básicamente por la extracción del gas, la salmonicultura y la ganadería de ovejas.
Uno de los propósitos que tuve para hacer este libro era la de mostrar este lugar desconocido para la mayoría de los chilenos, con una historia universal, una naturaleza asombrosa y gente amable y estoica, pero también sumido en un abandono que conmueve.
¿Cómo fue su experiencia retratando a estas comunidades?
Tiendo a pensar que mientras más adversidad, la gente es más amable y acogedora. En todas las ocasiones en que llegué sin avisar a algún rancho perdido en el camino, me recibían con los brazos abiertos y ofrecían almuerzo o un tecito.
Creo que es parte de una tradición recibir al forastero y acogerlo, darle comida y alojamiento si es necesario. Descubrí que esto tiene que ver con la sobrevivencia, son extensiones inmensas y un clima brutal, si alguien se extravía recurre al primer refugio que encuentra, sino la muerte ronda. Es un código de estas tierras y que define a sus habitantes.
¿Cuáles son sus futuros proyectos y cómo se relacionan con su trabajo actual?
Pienso que esta temática de retratos y paisajes puede ser una serie que de cuenta de esta conexión entre el territorio y sus habitantes. Sería hermoso mostrar Chile y los chilenos, en un momento de la historia de este país, que necesita como nunca reconocerse en sus diferencias.